Irun 1996-2016: 20 aniversario

El conflicto del Alarde y el Ayuntamiento: el elefante en el salón

Como hemos podido ver a lo largo de lo que venimos contando, la actitud del ayuntamiento de Irun en relación a la participación femenina en el Alarde ha sido errática, parcial, electoralista, incumplidora de sus propias resoluciones… No cabe duda de que, si desde el primer momento o, al menos, desde el momento en que se conoció la sentencia del TSJPV a favor a de participación femenina, el Ayuntamiento hubiera adoptado una decidida defensa de las reglas del juego democráticas y hubiera optado por hacer pedagogía la situación hoy día sería muy diferente.

Han pasado ya los tiempos en que el Alarde mediatizaba las elecciones locales y en que a punto estuvo de determinar la suerte del equipo de gobierno socialista. Hoy no se habla abiertamente del conflicto, ni de los Alardes; el tema ha pasado a ser el elefante en el salón: todo el mundo lo ve, ¿cómo no hacerlo?, pero nadie lo menciona. O se hace de forma sutil. Por ejemplo, pocos días antes de que finalizara la campaña electoral de 2015, el PSOE envió a la ciudadanía un folleto de propaganda electoral en el que aparecía la siguiente fotografía:

Debajo de la fotografía se podía leer "Personalidad, identidad y patrimonio".

Otro tanto puede decirse de los carteles y programas de fiestas. Las fotografías que ilustran los actos del programa tienden a ser neutrales, sin que aparezcan signos evidentes del Alarde a que se refieren: reflejan pies, cuerpos, nunca caras. Pero un ojo atento puede ver que jamás una de ellas ha sido extraída del Alarde mixto.

No sólo no existe la mencionada área de igualdad, tampoco el Ayuntamiento tiene técnicos/as en dicha materia.

Más allá de elecciones y fiestas, el conflicto del Alarde influye también en el propio organigrama de la institución, en el que, por ejemplo, no existe Área de Igualdad, ni técnicas especializadas en el tema. Este aspecto se aborda desde Bienestar Social y su servicio de “Intervención comunitaria”. Esta es la razón de que el Ayuntamiento de Irun no pertenezca a la Red de Escuelas de Empoderamiento de Gipuzkoa, a pesar de que, de manera ilegítima, utiliza sus carteles y colores a la hora de publicitar las actividades.

Un momento que evidenció la influencia del Alarde, el elefante moviéndose por el salón, fue la elaboración y posterior aprobación del III Plan de Igualdad. En 2013 se inició un proceso participativo con asociaciones de mujeres (no necesariamente feministas, algunas lo eran y otras no), con el fin de elaborar entre todas el III Plan de Igualdad para el Ayuntamiento de Irun. La empresa encargada de llevar adelante dicho proceso fue Elhuyar. Se hicieron varias reuniones en las que se habló de abordar el conflicto de una vez por todas. Se consideraba que el conflicto se había dilatado demasiado en el tiempo y que ya era hora de ir dando pasos para que esta situación se fuera solucionando y no la heredasen las siguientes generaciones.

Una vez finalizadas las sesiones Elhuyar, elaboró un borrador de Plan que contenía 15 programas o puntos, uno de los cuáles era dar pasos encaminados a la resolución del conflicto surgido en torno a la participación igualitaria de las mujeres en el Alarde. Cuando el gobierno municipal (en aquél momento sólo PSE) recibió dicho borrador, decidió unilateralmente eliminar el punto relativo a las fiestas, alegando que ya se estaba solucionando con el paso del tiempo y que no era necesario incluir ningún capítulo para abordar esta cuestión. Ignoraba así las aportaciones que las asociaciones participantes habían hecho y el diagnóstico de la empresa que ellos mismos habían contratado. De manera que el plan quedaba reducido a 14 programas

En su lugar, se hacía una descripción muy somera que no comprometía a nada, en el apartado de "diagnóstico de la ciudad". Se puede encontrar en la página de Irun www.irun.org en el apartado de igualdad.

Ante esta situación, en marzo de 2014 se dio una rueda de prensa para denunciar lo ocurrido, rueda de prensa a la que acudió la Directora de Igualdad de la Diputación, Laura Gómez. El Equipo de Gobierno no rectificó, es más, se mostró muy molesto ante la injerencia de una institución ajena a la Ciudad.

Aprobación del Plan de Igualdad

Pasaron los meses, y en el pleno ordinario correspondiente al mes de julio uno de los temas a tratar era la aprobación del III Plan de Igualdad. Orden del día del Pleno 30/07/2014 (PDF)

Todo el mundo sabía que se había eliminado deliberadamente del Plan el punto que hacía referencia a las fiestas y al abordaje del conflicto surgido en torno al Alarde. Aun así, obtuvo el visto bueno para ser llevado a Pleno. Durante la sesión, únicamente dos grupos (Bildu y Ezker Batua-Berdeak) denunciaron dicha eliminación. Sin embargo, finalmente se aprobó el III Plan de Igualdad mutilado, con los votos a favor de PSE, PNV y PP; y los votos en contra de Bildu y Ezker Batua-Berdeak.

2016: 20 aniversario

Estos son sólo algunos ejemplos, los más recientes, sobre el modo en que el conflicto del Alarde sigue mediatizando, callada pero rotundamente – ¡¡¡un elefante!!!, ¡¡¡un elefante!!!- la vida municipal irunesa. Hay muchos, muchos otros, desde pequeños hasta grandes, desde desvergonzados hasta sutiles, que permean casi cada actividad cultural que se produce en la Ciudad, cada posicionamiento político, cada declaración pública referida a la igualdad: locales que se ceden a determinadas asociaciones y no a otras, conmemoraciones históricas militarizadas a las que acude la corporación casi sin alegar excusas, nombramientos en áreas sensibles que, en privado, dejan claros cuáles son los límites a los que puede puede acercarse la persona nombrada, ofrendas florales, elección de fotografías para adornar los espacios públicos, propuestas de hermanamientos con determinadas localidades, y un larguísmo –en apariencia, inacabable- etcétera.

El alcalde recibiendo al "Alarde tradicional" desde el balcón del Ayuntamiento.

Quizá el ejemplo que mejor ilustra esa actitud, sea el que tiene lugar cada 30 de junio, cuando el alcalde y una gran parte de la corporación reciben al alarde discriminatorio desde el balcón de la casa consistorial y no hacen lo propio cuando llega el Alarde mixto. Es un gesto de evidente desprecio hacia los cientos de ciudadanos y ciudadanas que participan en ese Alarde y hacia sus familias y amigos, que difícilmente pueden sentirse identificados con una institución municipal que no les ampara, que no les saluda, que les ningunea. Es, una vez más, no querer ver al elefante, seguir con la fiesta como si no estuviera.

¡Pero ahí está, sí, sí, ahí está y cada día es más grande!