alarde público

Breve introducción a la historia del Alarde

La idea sobre qué es lo que conmemora exactamente el alarde de San Marcial ha sufrido tantas variaciones a lo largo del tiempo como ideologías dominantes se han alternado en el poder. Así, por ejemplo, durante el franquismo se trataba de celebrar la “españolísima victoria” sobre tropas francesas, mientras que la llegada de los años 80 trajo consigo la teoría de que el alarde era un recuerdo de las milicias forales. Cada época ha tratado de adaptar el origen del alarde de modo que éste siguiera siendo aceptable a los ojos de los contemporáneos.

Dejando de lado esa polémica, parece aceptado por todos los autores que el alarde se renueva y folkloriza totalmente a partir de 1881, como consecuencia de la última guerra carlista y con el objetivo declarado de que los turistas lleguen a la Ciudad atraídos por su vistosidad.

Alarde 1935
Alarde 1935. © CC BY-SA: Kutxa fototeka. Foto: Ricardo Martín

 

Ese nuevo alarde se ritualiza, se va fijando poco a poco, se estratifica socialmente y adquiere una serie de significados ocultos, sutiles pero importantes, que cualquier irundarra conoce pero que resultan difíciles de definir.

Podemos, sin embargo, tratar de describir cómo era el Alarde en el que las mujeres trataron de entrar en 1996, porque ayudará a entender muchos de los conflictos paralelos (la lucha por el horario y el recorrido, especialmente) que se produjeron a partir de esa fecha.

El Alarde se abre con la Escuadra de hacheros, unidad especial, integrada por hombres de aspecto imponente –la altura es un requisito imprescindible para formar parte de la misma –que portan instrumentos para abrir zanjas. Única unidad sin cantinera y liderada por un cabo en lugar de un capitán, sus integrantes no ensayan en los días previos al Alarde y su organización interna está llena de símbolos y de protocolos en cuanto al orden de formación y de ingreso. Formar en sus filas constituye un alto honor social y simbólico.

Alarde 1935
Cía Bidasoa • Alarde 1935. © CC BY-SA:Kutxa fototeka. Foto: Ricardo Martín

 

Le siguen la Tamborrada, la Banda de música y la caballería junto a los cuatro ayudantes del General. A partir de ahí, las compañías de infantería –en número históricamente variable pero, desde los años 80 fijado en 15-, bajo las órdenes de un comandante, todas con la misma estructura interna: al mando de un capitán, oficiales y suboficiales, inician su desfile con la banda de la compañía, compuesta por pífanos, redobles y tambores.

Llega después la cantinera, única mujer que forma en la compañía, flanqueada por dos familiares o amigos y tras ellos los efectivos armados. Una de estas compañías, la de Bidasoa, reviste un carácter especial pues es la portadora de la bandera de la ciudad.

Tras ellas, una unidad de Artillería con su cantinera a caballo –hasta 1952 desfilaba subida en el armón del cañón-.

Después de la Artillería –aunque en lo que a emociones se refiere ahí parece terminar el Alarde- el Ayuntamiento en pleno (o Cabildo Secular) y hasta los años 80 el Cabildo Eclesiástico.

Alarde 1935
Artillería • Alarde 1935. © CC BY-SA: Kutxa fototeka. Foto: Ricardo Martín

 

Ese Alarde de 1996 y los inmediatamente anteriores arranca en torno a las 8,15 de la mañana del día 30 de junio de la Plaza Urdanibia (esta hora ha ido adaptándose al número de integrantes, pues resulta imprescindible que el General entre en la Plaza de San Juan a las 9 de la mañana). El día anterior el General ha pasado revista a las tropas en sus respectivos barrios acompañado por la caballería y, aún en días anteriores, las compañías han ensayado por turnos por las calles de la ciudad. En realidad, desde el 20 de junio el Alarde está en las calles y no es sólo el acto central del 30 de junio.

A las 8:15, por tanto se produce la Arrancada, momento de alto voltaje emocional; tras un corto recorrido llega el Alarde a la Plaza San Juan donde las tropas se concentran y esperan la llegada del General. Una vez al mando de la tropa, el General ordena descargas de honor, y tras ello la bandera de la ciudad y el Cabildo secular –es decir, la comitiva de concejales- se incorporan a la comitiva que se dirige a la Iglesia Parroquial. Allí vuelven las tropas a concentrarse y a efectuar descargas y se incorporaba –no lo hace desde que en los años 80 la Iglesia decidió que la fiesta se había secularizado definitivamente –el Cabildo Eclesiástico.

Ahora está completo el Alarde y se dirige hacia la ermita de San Marcial a cumplir el voto realizado en 1522, con ocasión de la batalla de la Peña de Aldabe. Sin embargo, sólo una parte de los integrantes del Alarde acuden a la Misa de campaña, el resto rompe filas a los pies del monte, en la Ermita de Ama Xantalen.

Por la tarde, a las 18:00 horas, el Alarde realiza el recorrido inverso, aunque desde los años 80 desfila también por el ensanche de la ciudad.

Esto, aproximadamente, era lo que ocurría un 30 de junio en Irun hasta el año 1997...


Portada libro
Portada del libro

Parte de la información se ha extraído del libro "Los Alardes del Bidasoa: Pueblo versus ciudadanía". Desde aquí puedes leer y descargar los artículos completos.

Limitarse a la “historia” para comprender este fenómeno es empobrecer su visión. Por eso invitamos a quien desee profundizar en él, a que recurra a los artículos que componen la obra multidisciplinar de 2006 “Los Alardes del Bidasoa: Pueblo versus ciudadanía”, coordinada por el sociólogo Gorka Moreno y el historiador Xabier Kerexeta (ISBN:  84-611-0976-7  Depósito Legal: SS – 564/06).  Su consulta es libre; pero su reproducción parcial o total ha de contar con el permiso previo (que se puede tramitar a través de zorrotz@terra.es) de la persona responsable de cada artículo.

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Gorka Moreno (doctor en sociología, Universidad del País Vasco): Los Alardes del Bidasoa: La confrontación entre pueblo y ciudadanía.
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Margaret Bullen (doctora en antropología, Universidad del País Vasco): Derechos Universales o especificidad cultural: una perspectiva antropológica.
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Xabier Kerexeta (licenciado en Historia, gestor de patrimonio cultural): La Historia, a merced de la Tradición: El caso de los Alardes del Bidasoa.
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Mercedes Tranche (licenciada en Derecho, especialista en literatura femenina e historia local): Algunas claves sobre la Historia del Alarde: Guía para comprender el conflicto.
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Mercedes Tranche (licenciada en Derecho, especialista en literatura femenina e historia local): La participación de la mujer en el Alarde: Historia de un desencuentro.
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Garikoitz Lekuona (licenciada en Derecho, secretario municipal): El derecho a la participación en el Alarde, sea público o privado.
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Gorka Moreno (doctor en sociología, Universidad del País Vasco): Los Alardes del Bidasoa: Una gestión política errónea y perversa.
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Edurne Irigoien (doctora en sociología, responsable de prensa de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid): La construcción discursiva del conflicto del Alarde por los medios de comunicación.
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Angel Lertxundi (escritor): Porque no me es ajeno.
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