Cuando por fin tocamos la última diana
despertando así al último de l@s perezos@s,
amanece el día de San Marcial.
Y al poco,
salimos al encuentro
de nuestr@s querid@s y veloces amig@s de la Tamborrada,
para juntos recorrer las calles de Irun,
inundando rincones y corazones de Joló y de Rataplán,
de metal y de sonrisas,
hasta que el ánimo, satisfecho, nos dice:
¡Brindemos!